Es un hecho evidente que Leo Messi es el mejor jugador del mundo. Y puede que de la historia. Sí, es cierto que realmente está luchando con Cristiano Ronaldo para alzarse como uno de los futbolistas más laureados de la historia. Pero mientras que el deportista portugués somete a su cuerpo a un entrenamiento casi espartano para mantenerse en lo más alto, el capitán del Fútbol Club Barcelona lleva el don en la sangre. Como premio a su habilidad con el balón, y los goles que ha marcado durante la pasada Liga Santander, el futbolista argentino junto a su esposa Antonella Rocuzzo fueron a recoger la sexta Bota de Oro. Y no pudo dejar de lado a los pequeños Thiago y Mateo, hijos de la pareja que, una vez más, se convirtieron en los grandes protagonistas al hacer otra de sus tropelías. ¡Ver para creer! Leo Messi se queda sin su merecido protagonismo Los pequeños de Leo Messi no pueden evitar convertirse en el centro de atención allá donde vayan. Los pequeños del futbolista y Antonella Racuzzo consiguieron ser los grandes protagonistas del evento en que su padre recibiría la bota de oro. La organización del evento quiso que los pequeños fueran los encargados de entregar a Leo Messi su nuevo premio. Pero a pesar de la gran emoción que tenían ambos, aparecieron en escena muy tímidos. El mayor, Thiago, no dejaba el cuello de su camisa, y el pequeño Mateo cogió la bota de oro con sumo cuidado. Los pequeños no están acostumbrados a vestir tan elegantes y a tantas cámaras, aunque Mateo hizo de las suyas en la foto familiar. Aprovechando que sus padres no podían verle, sacó la lengua de forma muy simpática en todas las imágenes. Aunque más tarde protagonizó un momento de lo más tierno, al aferrarse aun micrófono como si de un peluche se tratara.