La vuelta de Gianmarco y Adara Molinero a la casa de Guadalix de la Sierra, les ha servido para tener la conversación que tenían pendiente. Ha sido inevitable, están enamorados, y han retomado lo que dio comienzo hace varias semanas. Pero tras el abandono de la madrileña, el italiano se pasa los días cabizbajo, echándola de menos.

No ha sido fácil, pero Adara Molinero y Gianmarco han logrado superar las barreras que les separaban. Han reafirmado su amor, y han vuelto a prometer verse fuera. Pero debido al abandono d la joven, él teme que esta le olvide, y que vuelva a suceder lo mismo de la última vez. Por ello, después del atracón de helado que le hizo daño al estómago, ha tomado una decisión, que ha desconcertado a toda la casa de Guadalix de la Sierra.

Para sorpresa de sus compañeros, a las 12 de la noche, Gianmarco se cambió de ropa, y se fue al confesionario. Pero debido a lo mucho que tardó en salir, se preocuparon al pensar que podría haber abandonado. Nada más lejos de la realidad, en realidad, el italiano tenía otros planes.

Gianmarco

La declaración de Gianmarco en redes

Gianmarco sorprende a los concursantes

Después de haber pasado dos horas en el confesionario, Gianmarco salió de este, cogió una de sus chaquetas y su perfume, y volvió a entrar. No fue hasta las tres de la madrugada, cuando al fin salió de forma definitiva. Pero durante todo el tiempo que estuvo dentro, sus compañeros estuvieron llenos de miedo.

Todos ellos temían que el italiano abandonara la casa para ir tras su amada. Y es que recordemos que, cuando estaba salió el domingo, Gianmarco quiso salir con ella. Pero Adara Molinero le pidió que se quedara en la casa, pues tenía mucho que solucionar, y necesitaba tiempo. No ha dudado en dárselo, pero aún así, no puede ocultar el miedo que siente.

Kiko Jiménez no ha podido soportar la curiosidad, y le ha preguntado a Gianmarco qué ha hecho durante las tres horas que ha estado en el confesionario. De lo más feliz, ha contado que le ha escrito una carta a Adara, en la que le explica sus sentimientos. Pero Kiko seguía sin entender, pues tres horas es demasiado para lo que cuenta haber hecho. Según contó, escribir lo que sentía en otro idioma, le ha sido muy difícil.