El joven madrileño, Álex Lequio, ha superado este año el mayor de los retos. El hijo de Ana Obregón ha decidido afrontar la grave enfermedad del cáncer con una medicina alternativa, ‘mucho sentido del humor’.

Así ha logrado superar una de las etapa de su vida que le venía de hace dos años atrás. El empresario ha demostrado que con fuerza y positividad todo puede salir bien, y que hace falta algo más fuerte para acabar con él. Y es que recientemente ha superado el ‘resfriado oncológico’ que le entró a causa de la bajada de defensas causadas por el tratamiento al cáncer.

Según contaba su madre, Ana Obregón, se ha recuperado bien de este bajón. El joven por su parte, ha dado una lección importante a todos sus seguidores de Instagram, y aún más por su parte, sacando al niño que lleva dentro durante estas fiestas. 

Álex Lequio Disfruta de las Navidades

Durante estas fiestas, Álex Lequio ha podido disfrutar de sus familiares. Algo muy importante para estas fiestas tan señaladas es el apoyo de la familia, que no le ha faltado al joven en ningún momento. Por su parte, el hijo de Ana Obregón, entre reuniones familiares y comilonas, ha querido hacer reír a mucha gente. Por ello, hace unas horas que compartió una divertida foto de él haciendo el tonto.

En la imagen que compartió, sale él mismo montado en una atracción de niños pequeños en forma de pony. «Foto ‘preocupao’ por el límite de velocidad. Parece tontería, pero casi me pego un castañazo de narices. ¿Quién es partidario de no perder nunca el espíritu infantil?» escribía como acompañamiento a la divertidísima foto. 

Desde que el joven quiso compartir justo antes de las Navidades cómo se encontraba de salud, muchas han sido las preocupaciones hacia el. “Simplemente llevo un par de jornadas con defensas bajas y no puedo salir de casa”, aclaraba. Estas explicaciones las dió a raíz de su ausencia en un evento de su propia empresa. Por parte de su madre, Ana Obregón, también quiso pronunciarse, siempre pidiendo el respeto hacia su hijo y explicando también el duro proceso que tendría que atravesar su pequeño.