La gala ocho de Supervivientes viene marcada por la unificación de los dos equipos y por que habrá doble expulsión. Para el primer propósito, Jorge Javier Vázquez conecta desde Madrid y les da un minuto y medio a los concursantes para recoger sus pertenencias y meterlas en la barca. Lo que no esté en la barca en ese lapso de tiempo, se quedará en la isla. En la playa de los Señores siguen teniendo problemas con el reparto de la comida. En este sentido, Omar y Colate han tenido una fuerte discusión, en la que Isabel y Mónica se ponen de parte de Omar. De hecho, Isabel Pantoja se arrepiente de no haberse comido la pizza el martes pasado y haber elegido el fuego para el grupo. En este momento, Mónica queda salvada de la expulsión, por lo que la cosa estará entre Fabio y Mahi. Uno de ellos abandonara esta noche Supervivientes. Y la expulsada es Mahi. Dakota se viene abajo y dice que no sabe cómo va a aguantar en la isla sin su amiga. Jorge Javier les anuncia a los Supervivientes, que esta noche habrá otro expulsado que elegirá el público en una votación express. Además, Chelo ha cambiado el palafito por una nueva ubicación: el barco varado. Compartirá estancia con Mahi o el expulsado que conoceremos a través de la votación express. Antes de que comience la prueba de apnea, nos informan que Violeta ha tenido que abandonar Supervivientes por prescripción médica. Tiene la tensión muy baja, así que estará en aislamiento unos días bajo supervisión médica. Colate y Omar aguantan más de dos minutos bajo el agua, pero al final el ganador es Omar que se convierte en líder y es inmune. Oto es el concursante con menos votos del público, así que debe abandonar Supervivientes. Vemos también como estos últimos días han sido especialmente duros para Isabel Pantoja, y que ha sufrido una crisis de ansiedad. La isla en cierta medida le recuerda a la cárcel. Su hijo Kiko en Madrid dice que prefiere que salga pues ya está sufriendo mucho. Isabel se encuentra con su hija Chabelita y Omar Montes con su madre.