Un nuevo repaso a la crónica rosa de la semana desde el punto de vista más ácido y gamberro en Socialité.
La relación de Laura Matamoros y su novio influencer Daniel Illescas está en tela de juicio. Se acusa a la pareja de estar realizando un montaje. Se piensa que es un amor patrocinado a juzgar por las fotos que ambos suben a sus redes sociales. En todas las fotos, de sus múltiples viajes, aparecen mencionados numerosos patrocinadores en detrimento de la complicidad que se espera de una pareja de jóvenes. Sólo el tiempo dirá si se trata de una relación de verdad o el vínculo atiende a intereses meramente comerciales. No serían los primeros.
La periodista Diana Aller analiza para Socialité el caso de Amaia, la ganadora de Operación Triunfo 2018.  Cree que el hecho de que Amaia no haya sacado disco hasta la fecha es una pésima estrategia y que ya ha perdido su oportunidad. El hecho de que no vaya a fiestas o photocalls hace que su personaje mediático se diluya. Sin embargo, es precisamente esta no sobre exposición lo que hace que exista otra parte del público que la respete. Es decir, hay una audiencia musical más exigente, más independiente, que precisamente la respeta por no haber precipitado su carrera. La clave está en elegir entre vender muchos discos o hacer lo que a ella musicalmente le gusta. Y parece que Amaia ya ha elegido.

Amaia

Amaia no quiere precipitarse en su carrera musical


Hace tiempo que no sabíamos nada de José Fernando, el hijo díscolo de Ortega Cano. Como sabemos, el joven está ingresado en una clínica donde trata de rehabilitarse de sus adicciones. En este sentido, desde la clínica llegan informaciones de que el joven quiere salir de allí a toda costa.Lamentablemente esto todavía no sería posible y los especialistas lo desaconsejan terminantemente. Por una parte todavía no ha terminado su periodo de tratamiento, y por otra a veces muestra comportamientos violentos. Veremos cuánto tiempo más necesita.