Por si alguien tenía dudas, La Voz no sólo ha aguantado el cambio de cadena sino que ha superado las audiencias que heredaba de Telecinco, y se hace con el liderazgo de la audiencia en cada noche que se emiten sus audiciones a ciegas. Gran parte del éxito se debe a la apertura del show en internet, a través de las redes sociales, youtube o los distintos videos a los que da acceso la cadena. El casting de coaches y de concursantes también parece ser del agrado de los casi cuatro millones de espectadores que lunes y martes se reúnen ante la pequeña pantalla para ver cómo se van configurando los equipos. Esta noche abrió la gala Miriam Fernández, madrileña y un ejemplo de fortaleza anímica en situaciones de adversidad. Miriam tiene la movilidad reducida, porque sufrió parálisis cerebral en su nacimiento, pero nunca he dejado ni de luchar ni de soñar. Esta noche, ha dado un pasito más hacia sus sueños, al entrar directamente en el equipo de Luis Fonsi. Y es que como ella ha dicho "La parálisis cerebral que más nos limita es el miedo". A continuación, otra de las actuaciones espectaculares de la noche la del cuarteto Les Fourchettes, cuatro mujeres que empastan majestuosamente bien sus voces, y que son el primer cuarteto del concurso dándole una perspectiva nueva al concepto musical. Se van, por empatía de género, con Paulina Rubio. Después apareció José Luis Cantero, quien ya participara en La Voz Kids, donde conoció a Pablo López. Precisamente Pablo, fue el que se giró esta vez y quien le ayudará a formarse como cantante. El coach empezó su tarea esta misma noche, facilitando que José Luis cantase con su ídolo Luis Fonsi. No corrió la misma suerte Germán Jáuregui, por su juventud y su falta de experiencia según palabras de los coaches. A continuación Onelia Leiva, otra de las que empatizó con Paulina y decidió irse al equipo del poder Rubio. Tras ella llegó el momento más trágico de la noche. La actuación de Selina del Río dejó un poco fríos a los coaches, por su actuación tan perfecta. Acusaron la falta de un poco más de personalidad. Ella, tras casi treinta años de profesión, no podía evitar el poso de decepción. La que se fue directa al equipo de Antonio Orozco fue Iria Regueiro. Voz rota e imperfecta que se ganó casi el pleno de los jueces. La gala quinta de La Voz se terminó con sabor agridulce. El rockero Daniel no pudo clasificarse para la siguiente fase.