Elena y Sandro se conocían de antes. O no. Se conocían a través del filtro de otras personas. Y aunque ambos se han divertido y se han sentido muy cómodos en la cita, no ha sido suficiente para repetir. José y Sergio también son andaluces, sevillanos de hecho. Que ambos compartan ciudad es algo que a Sergio le tranquiliza por que no soporta las relaciones a distancia. Hablan de música y se entienden perfectamente. Coinciden en casi todo. Pero aunque José repetiría encantado, para Sergio no es suficiente. No repite por que le ha faltado algo. María y Peter también se divierten mucho durante su cena, pero en un momento determinado ella le dice que es un poco egocéntrico. El habla de él y sólo de él, y ella se lo reprocha. Curiosamente para el eso es algo positivo. Le parece que tiene carácter y que le gusta esa sinceridad. Repiten después de que el le prometa que no será así la próxima vez. Paco se siente solo tras su divorcio. Le gusta bailar y las mujeres cariñosas. Maite es perfeccionista y le gustan los hombres duros por fuera pero dulces por dentro. A él le gusta su escote. A ella le encanta conducir. Al final no repiten por que a ella le falta chispa en la relación. Para terminar, la italiana Daniela conoce al madrileño Isaac. Ella busca una relación estable con alguien que le haga reír, que se cuide y que tenga los dientes limpios. A Isaac ella le gusta mucho a primera vista. Aunque no le gusta que ella sea bailarina y pueda trabajar en el mundo de la noche, le gusta todo lo demás. Le gusta que sea rubia y despampanante, que le guste viajar, que sea una chica independiente y que sea tan risueña. Tras un juego previo de mordiscos, ambos están de acuerdo en repetir cita.