Después de tres largos meses para Mila Ximénez, la colaboradora de ‘Sálvame’ se ha convertido en una de las tres finalistas de ‘GH VIP 7’. La colaboradora ya venía a este programa con experiencias en antiguos ‘reality shows’ como es el caso de ‘Supervivientes’. Sin embargo, su paso por el concurso en la casa de Guadalix de la Sierra no ha sido nada fáci. Desde que arrancó la edición en octubre, Mila Ximénez ha tenido una bronca tras otra, lo que le ha complicado mucho la convivencia, sobre todo con algunos concursantes más que con otros. Para la colaboradora ha sido muy complicado convivir, y por ello ha expresado su deseo de abandonar en más de una ocasión durante su recorrido. Y es que en Guadalix de la Sierra, tanto la fuerza, como la paciencia se le ha ido agotando poco a poco. Aún así, Mila ha demostrado que puede superarse a sí misma llegando a límites que ni ella misma conocía. Y así, el pasado jueves se convertía en finalista de GH VIP 7. Mila Ximénez está agradecida Durante la gala del jueves pasado, todas las concursantes recibieron la visita de sus seres queridos. En el caso de Mila Ximénez, el programa le había llevado a su hija Alba. Este gesto por parte de su hija, le ha parecido un regalo a la colaboradora. Y después de recibir esta bonita sorpresa, Mila confesaba que ha significado mucho para ella que su hija fuera a verla al ‘reality’. “La visita de Alba ha sido el mejor momento, me ha demostrado que no me he equivocado entrando”, le decía Mila a sus compañeras. Y es que, a la colaboradora le ha estado persiguiendo durante todo el concurso el fantasma de la duda sobre si hizo bien entrando o no en el concurso ‘GH VIP 7’. Después de haber recibido la visita de su hija Alba, Mila Ximénez ha querido hacer un balance de su paso por el programa. Aunque al principio sintió mucho miedo, finalmente explicaba que, “Cada noche me dormía más en paz, noté que la gente me iba entendiendo mis subidas y bajadas salvándome de las nominaciones”, explicaba Mila Ximénez.