Es cierto que hay personajes que acuden con cierta recurrencia al programa de Pablo Motos. Pero que Cristina Pedroche haya pasado por El Hormiguero hace menos de un mes y haya repetido sin tener nada reseñable que presentar parece ser un poco ilógico. No obstante, como cada noche de lunes a jueves, la audiencia avaló el programa de Antena 3. Respecto a los invitado, ambos entraron en el plató de Pablo Motos muy animados. Pronto, vendría el primer zasca del presentador a raíz del estilo de baile del cocinero. Ambos decidieron que el sentido del ritmo no es lo suyo. A partir de aquí comenzó un hilo de confidencias respecto a la relación de Cristina y el cocinero. Hablaron de su vida y de sus proyectos. Dabiz comenzó confesando que se hizo una cuenta de Instagram para ligar con ella, y cómo le resultó muy difícil comprender la atención mediática que despertaba su relación. Hubo tiempo para cocinar en el programa. Y es que los invitados y el presentador se lanzaron a preparar un plato de Carbonara Pedroche, la especialidad de la comunicadora. Sin embargo, ambos confesaron que en casa quien cocina es Dabiz, y que Cristina suele ser bastante crítica. Aunque le da el visto bueno, siempre le señala alguna falta o error. Hubo un repaso también a los "haters". Cristina, lo lleva mucho mejor, el tema de Nochevieja y su vestido le ha dado muchas tablas. Sin embargo a Dabiz le afecta más, especialmente cuando se refiere a su trabajo. Otra de las bromas del presentador a Dabiz hizo alusión a su práctica diaria de running. Según Pablo Motos si corre maratones y baja de las tres horas, es que está a punto de divorciarse. Cristina Pedroche matizó que es todo lo contrario, que practicar deporte lo hace sentirse mejor, más relajado y por tanto más cariñoso. Sea como fuere, es cierto que se notaba mucha complicidad entre Motos y los entrevistados, y eso hace, entre otras cosas, que el El Hormiguero marche sobre ruedas.