Como dice Jorge Javier Vázquez, resulta curioso que una de las últimas fotos de Gran Hermano sea la de Alba Carrillo y Adara Molinero sentadas como finalistas y como amigas. Con lo mal que empezaron ambas el programa, siempre discutiendo y sin ser capaces de entenderse.

Gran Hermano extiende su gala hasta casi las dos de la madrugada sin decir el nombre de la ganadora. Sabe que tiene que hacer más caja de las llamadas de teléfono para votar. A pesar de que el reality haya tenido audiencias altísimas (en torno al 36%) estas no se han traducido en grandes ingresos para la cadena por culpa de la fuga de anunciantes. Las empresas han retirado sus productos de la marca Gran Hermano por la polémica por el caso de abuso en una edición anterior.

De hecho, si Gran Hermano quiere continuar como tal, deberá blanquear su imagen o cambiar de nombre. La marca GH está herida de muerte.

Las tres finalistas de Gran Hermano

Las tres finalistas de Gran Hermano

Tras el repaso de los mejores momentos, la entrevista en profundidad se centra en Adara y su affaire con Gianmarco. La madrileña tiene que ver también como el padre de su hijo ha ido a los platós a contar lo dolido que está. Pero lo que más preocupa a Adara es que ve que su madre no está contenta. Elena, sentada en el plató no puede disimular sus nervios. Trata de tranquilizar a su hija, no quiere afearle el momento, pero no le sale sonreír.

Tal y como se esperaba, Jorge Javier la proclama vencedora de Gran Hermano y Adara no deja de gritar. Está como ida, no es capaz de abrir los ojos, como preludio de todo lo que le espera. Ella es la ganadora del maletín y tendrá que hacer balance de si le compensa todo lo que ha tenido que pasar para llevárselo. A su madre, evidentemente no.

Jorge Javier despide la conexión del que ha sido un Gran Hermano histórico en audiencia, pero en bancarrota absoluta por la fuga de anunciantes.