La Voz ha vuelto a la televisión de la mano de Antena3 y lo ha hecho por la puerta grande. En torno a 4 millones de espectadores (el 25% de cuota de pantalla), siguieron ayer las audiciones a ciegas de la primera entrega del formato en Atresmedia. Tras el parón por las fiestas navideñas, las principales cadenas volvieron a la normalidad, siendo el talent show una de los platos fuertes reservados para hacer frente a la competencia. Con una intensa promoción, y con la intriga de ver cada semana si los coaches giran o no sus sillas ante el talento, el concurso arrancó anoche de la mano de Eva González. La andaluza, que es novata en el programa, es no obstante una veterana en el arte de guiarnos entre bambalinas. Como coaches, además de Pablo López y Antonio Orozco a Antena3 han llegado Paulina Rubio y Luis Fonsi. Éstos últimos, tratarán de engrandecer un poco el formato y hacerlo más internacional. En los cuatro recae la responsabilidad máxima de enganchar al espectador delante del televisor para ver un programa mitad concurso de talentos, mitad espectáculo musical. Pero además de la dosis de energía que supone el arranque con un cambio de cadena, el formato incluye varias novedades interesantes y que con toda seguridad afectarán al desarrollo del talent. A nivel concurso, la más interesante es el botón de bloqueo, que provoca nuevos y esperados piques entre los artistas a la caza de los mejores talentos para su equipo. A nivel espectador, el programa pretende ser más dinámico y fluido, al menos en esta primera fase y por ello apuesta por dos noches seguidas de audiciones a ciegas (lunes y martes). Además, y como una de las cuestiones que más venían reclamando los espectadores, Antena3 ajustará el programa a un horario más racional para un programa en esencia familiar.