Nos vamos de cena al restaurante de First Dates. Allí conoceremos a varias personas dispuestas a encontrar el amor.
Como Pablo que es camarero y toca la batería en un grupo. Le encantan los tatuajes. Su cita es Irene que se considera bisexual, pero cree que las mujeres son muy explosivas y eso no le compensa. Ella es tatuadora. Parece que encajan en general. Ella destaca de él que sea respetuoso con la mujer y que sea educado. Repiten cita.
A continuación, Rosario llega al restaurante de First Dates pero no busca el amor, al menos no para ella. En realidad, busca una novia para su hijo Andrés, para que se vaya de casa. Rosario conocerá a la cita de Andrés antes que él. Así que a Estefanía le preparan una encerrona, por que primero pasa por el filtro de la madre sin que ella lo sepa. A priori, la madre da el visto bueno. Y a Andrés también le gusta. El, muy optimista, piensa que esa misma noche habrá tema con Estefanía. Estefanía ya tiene hijos, así que no quiere tener más. Eso es algo que a él le parece un problema, pues quiere tener hijos en el futuro. No repiten.

Rosario

Rosario supervisa la cita de su hijo Andres


La tercera pareja de First Dates está compuesta por Jaime y Elena. El trabaja embutiendo salchichas y se considera un cani. En su pueblo le llaman confianzas, por que habla con todo el mundo. Elena es alocada y divertida. No se entusiasman cuando se ven, pero luego descubren que tienen muchas cosas en común. Ambos son de Valencia, y ambos entrenan a equipos de balonmano. Ella dice que no es bisexual por que no ha probado, pero siente curiosidad. Además ha sufrido bullying. No repiten porque el no quiere.
A continuación llega Ana que busca un hombre como ella, que sea un caballero. Quiere una pareja para viajar y para pasar el día de los enamorados. Antonio, también de Málaga, es viudo. La cita va fenomenal pero el no quiere repetir.
La última cita es la de Raquel, profesora y youtuber, y Héctor. Parece que empatizan. El no ha tenido relaciones largas porque tiene miedo a que le hagan daño. Congenian muy bien. Es más, creen que ha habido un auténtico flechazo. Repiten, por supuesto.