Una vez más Supervivientes comienza con una noticia relevante para el desarrollo del concurso. Jorge Javier Vázquez anuncia que esta noche habrá dos expulsados y que se unificarán todos los concursantes. Y lo harán en Cayo Paloma, un lugar mítico para los seguidores de Supervivientes.

Además, el presentador anuncia que Isabel Pantoja ha sido apartada del concurso por prescripción médica. Al parecer, en las últimas horas habría sufrido las picaduras de unos mosquitos hondureños.

Respecto a la prueba de recompensa de esta semana, los concursantes se han enfrentado a un clásico de Supervivientes: la prueba de cultura general. También es toda una tradición que los concursantes estén poco puestos en temas relacionados con cultura.

La prueba de líder consiste en hacer unos puzzles a ciegas, y el que gana esta semana es Albert. Su felicidad es máxima no sólo porque consigue el collar de líder sino porque por fin recibe la visita de su familiar. En concreto, un Albert emocionadísimo recibe la visita de su hermana.

Jorge Javier explica a la audiencia y al resto de Supervivientes el problema de Isabel Pantoja y ésta interviene telefónicamente. Está bien, pero deberá permanecer en observación al menos otras 48 horas más. Entonces los médicos determinarán si puede incorporarse nuevamente al concurso o no. Ella, en conversación telefónica, afirma que llegados a este punto del concurso, no le gustaría tener que abandonar.

Los Supervivientes se trasladan a Cayo Paloma

Los Supervivientes se trasladan a Cayo Paloma

Con la mente ya puesta en la final, los nominados del grupo son Mónica Hoyos e Isabel Pantoja, que había empatado a votos con Mahi. Además, Albert como líder nomina a Fabio.

Esta noche también destaca por la llegada de Colate al plató de Supervivientes tras su expulsión la semana pasada. Aclara sus desencuentros con Isabel Pantoja, pero matiza ese odio visceral que parecía que se tenían en la isla. El madrileño llega a Madrid con el brazo en cabestrillo y con casi 14 kilos menos.