El marqués de Griñón, Carlos Falcó, fue detenido el pasado mes de febrero por un supuesto delito de violencia de género. El marqués se ha expresado ante 'El Español', donde ha confesado que el calabozo es "un sitio siniestro": "Nunca había estado en comisaría. Me gusta saber qué es lo que pasa, qué podría ocurrirle a un hijo mío o a un inmigrante de los que trabajan en mi casa. Cómo te tratan, qué es un calabozo… Es un sitio siniestro" enunció. Según su versión de los hecho lo único que sucedió fue una discusión de pareja: "Una discusión de pareja. Si eso lleva a una detención… algo está funcionando mal. La inmensa mayoría de las parejas discute. Aquellas que no lo hacen prometen poco. Hay que tener algo de pasión", ha declarado. "Cuando no discutes nunca, se impone la indiferencia. En esos casos hay una discriminación porque se detiene al hombre". Recuerdos de Carlos en la prisión Mientras estaba allí hizo memoria y llegó a el este recuerdo: "Aquella noche me acordé de Nelson Mandela, que estuvo veintisiete años encarcelado por el color de su piel. La Policía me pidió que fuera a declarar. Solicité un abogado de oficio, eran las dos de la mañana. Nunca llegó. Al día siguiente, vino el mío. El trato fue correcto. No me gustó el tratamiento posterior de la noticia. Salí libre y sin cargos". A pesar de todo, como dice el dicho, al mal tiempo buena cara: "Fue una experiencia, en cierto modo, positiva". No llegó, eso sí, a estar en el calabozo: "No, cuando lo vi, pedí que me hicieran una revisión médica. Luego estuve sentado en una sala. Aprendí cómo funciona una comisaría por la noche", comentó para el medio de comunicación Considera que él y su mujer han recibido "un ataque a su intimidad", porque él, ante todo, se define a sí mismo como "un profundo defensor de la igualdad de género".