La gala de Gran Hermano comienza con las acusaciones de tongo. El defensor de Diego el Cejas lo puede decir más alto pero no más claro. Las sospechas hace tiempo que habían surgido, pero fue la semana pasada cuando las redes sociales estallaban pues al mostrar en pantalla los porcentajes ciegos de los votos para la expulsión, los totales no sumaban 100 sino 98. La noticia corrió como la pólvora, especialmente por twitter, y los aficionados al programa estallaban.

En todo caso, la respuesta de Gran Hermano ha sido rotunda. Jorge Javier ha dicho que el que no se lo crea que denuncie, y que aporte pruebas claro.

Además, de modo general, Jorge Javier les echa la bronca a todos los concursantes de Gran Hermano. No entiende su actitud, no participan en nada, todo les parece más y todo les cuesta un mundo. Les recuerda que están en Gran Hermano, un reality show donde la audiencia quiere ver juego y emociones y no a personas derrumbadas, aburridas y que están deseando irse a la cama a dormir. No recuerda una edición tan falta de ilusión como esta.

También es cierto que la dirección del programa no hace más que atacar sus puntos débiles. Obviamente, el formato está pensado así, para generar pequeñas rivalidades y piques entre los concursantes. Pero en esta ocasión lo han llevado bastante al límite. A veces incluso, irrumpen con cosas que alteran un poco el devenir del programa y eso no está bien.

Jorge Javier le dice a Mila Ximénez que tiene un regalo para ella. Cuando están en el confesionario le entregan un disfraz de abeja reina. Ella no da crédito. Ha dicho por activa y por pasiva que no le gusta disfrazarse.  Desde entonces Jorge se ha metido con ella en multitud de ocasiones, llegando a decirle que el día de su expulsión tendrá que aparecer en plató disfrazada. No entiende que Mila está harta e insiste en que se ponga el disfraz. Se lo pone y cuando la concursante vuelve con sus compañeros les dice que va a abandonar.

El momento en el que Jorge Javier le dice a Mila que se tiene que disfrazar de abeja

El momento en el que Jorge Javier le dice a Mila que se tiene que disfrazar de abeja

Mila ha dicho varias veces que el hecho de que el presentador de Gran Hermano sea su amigo a veces es una ventaja pero casi siempre una desventaja. El exceso de confianza entre ellos le parece un punto flaco. Jorge Javier en plató dice que Mila no es consciente de lo que él la quiere y lo que intenta ayudarla. No le gusta verla así, derrotada, habiendo tirado la toalla casi al empezar. El que la conoce sabe que Mila es una persona divertidísima y con un generoso sentido del humor que no está saliendo en el programa. Además, le parece muy raro que con lo inteligente que es, no sepa ver leer el concurso.

Continúan los frentes abiertos en la casa, especialmente el de Gianmarco que mantiene a la casa dividida. Esta semana ha sido su cumpleaños y ha habido varios concursantes que no han querido ni felicitarlo. Para el italiano es una cuestión de pura educación, para otros se trata de no ser hipócritas. Si apenas se hablan ¿cómo van a desearle que pase un buen día?

Llega el momento en el que Alba Carrillo y El Cejas se despiden de sus compañeros y se dirigen a la sala de expulsiones. La que peor lo pasa es Noemí, pues sabe que pase lo que pase perderá a uno de sus mejores amigos en la casa.

Diego quiere quedarse y Alba quiere irse, pero como la audiencia es así de caprichosa, el público decide que tiene que abandonar la casa de Guadalix, Diego el Cejas. Alba llora desesperada porque tiene que permanecer allí. Diego en cambio se queda triste. Además, no entiende que antes de irse, le metan a Adara como la única persona del concurso que puede despedirse de él.

Este es el tipo de cosas que no se entienden. ¿No habría estado mejor que le permitieran a Noemí despedirse de su amigo? ¿Qué sentido tiene que Adara se despida del Cejas? Lo hace de forma educada, pero también de forma fría. Es obvio que no hay ningún cariño entre ellos. De todos modos a Adara le da pena que se vaya, cree que es uno de los concursantes a los que más ilusión les hace estar en el concurso.

Ya en el plató de Gran Hermano, durante su entrevista Diego dice que las cosas fuera se ven de otra manera. Esta frase, un tópico del reality show, explica el porqué su grupo se está desintegrando poco a poco. Según Diego, el ha intentado acercarse a Adara y al resto del grupo en infinidad de ocasiones pero no lo ha conseguido.

Con Diego ya en el plató, los concursantes que permanecen en la casa nominan una vez más. Además, Noemí gana la prueba de jefatura y es la que manda esta semana. Además, tendrá el privilegio de modificar la lista de nominados. Salen a la palestra Alba Carrillo, Antonio David y Gianmarco. Noemí hace uso de su privilegio y salva a Antonio David y así sube Pol. Puede parecer raro que no haya salvado a Alba Carrillo, pero esta ha insistido en que quiere abandonar la casa así que su compañera respeta sus deseos.

En este sentido Jorge Javier habla con ella. Le dice que no va a consentir faltas de respeto pues ha tenido una bronca muy dura con sus compañeros. Además, le advierte de que a partir de hoy tiene la oportunidad de renacer y comenzar a hacer otro concurso. Todo puede ser diferente a partir de ahora. Además, permiten que su madre le llame para darle ánimos. Lucía Pariente le dice a su hija, y ésta se derrumba y dice que eso es lo que necesitaba oir de su madre.

El caso de Alba es un claro ejemplo de que los mensajes «ocultos» de los familiares no benefician a los concursantes que llevan tanto tiempo aislados. Todo lo contrario, generalmente los desequilibran y les afecta negativamente al concurso. Veremos como lo gestiona Alba a partir de ahora.