Alba Carrillo no pasa desapercibida. Casi nunca lo hace, le gusta la polémica y que las luces le sigan, así que ya estaba tardando en destacar en Gran Hermano. Estaba claro que este era el momento pues la modelo está nominada y es muy probable que – si no le da la vuelta al concurso, y no sería la primera vez – se vaya este jueves.

La gala comenzaba con el enfrentamiento entre Adara y Antonio David. Este, también ha acaparado parte de los programas de la cadena a lo largo de la semana. Adara y Antonio David tuvieron una discusión por el agua del grifo. Antonio se dejó el grifo abierto, según Adara durante mucho tiempo, según Antonio poco. Esa es la esencia de Gran Hermano, que ante un mismo hecho, siempre hay puntos de vista enfrentados. A menudo muy enfrentados. Este simple hecho, ha generado una bronca en la que ambos han discutido y se han llamado populistas, oportunistas y de todo menos bonitos. Diego el Cejas, le dice a Adara que no es para tanto.

A Estela, también se le escapó una pequeña sonrisa, y a Adara no le sentó nada bien. De hecho, esta es la primera fisura entre ambas concursantes. Jorge Javier le pregunta en la gala a Estela por este hecho, y ha querido explicarlo pero Adara casi no le ha dejado hablar. Lo cierto es que a Estela le ha costado mucho defender a su compañera que no dejaba de gritar e interrumpirla. Estela ha hecho un alegato que ha convencido a sus compañeros y al público asistente en el plató de Gran Hermano. No piensa tratar este asunto en la gala, porque aprecia a Adara y quiere hablarlo con ella personalmente.

Antonio David continúa diciendo, como el resto de sus compañeros, que Adara solo hace grandes papeles durante las galas.

Pero el lío gordo de la semana, lo han protagonizado Alba y Gianmarco. Durante la semana ha habido varios desencuentros entre ambos que han desembocado en una bronca muy dura en la gala. Todo comenzó el domingo pasado, en una discusión que sobrepasó ciertos límites. Alba enviaba a Gianmarco a masturbarse al baño, pues al parecer lo hace desde que comenzó el concurso. Esto ha sentado muy mal al italiano, y le acusó de atacar de una forma muy bajuna. Alba ha seguido, y le ha dicho que no le va a dar ninguna cancha, y que ya se puede volver a Italia. Ya hoy, en la gala, tras ver las imágenes su desencuentro continúa. Parece que no hay un punto de retorno, Alba ha dicho que no piensa volver a hablarle.

Además, continúan los rumores que dicen que la relación entre Joao y Pol es un montaje. De hecho, en el plató de Gran Hermano se afirma que Joao es capaz de provocar un encuentro sexual para dar que hablar y así salvar a Pol. Tan sólo María Jesús Ruiz afirma creerse cien por cien la relación entre Joao y Pol.

La audiencia libra a Pol de la expulsión

La audiencia libra a Pol de la expulsión

Alba también es la protagonista esta semana de la curva de la vida. Lo primero que la modelo cuenta es que no tiene ganas de jugar. Dice que el concurso la ha superado. No se ve capaz de jugar como ella sabe que hay que jugar en Gran Hermano. Le parece un concurso muy fácil desde fuera pero muy difícil desde dentro. Jorge Javier le anima a remontar y a apostar por ser generosa y hacer una buena curva de la vida, siendo honesta en el repaso a los grandes hitos de su vida.

Su curva de la vida precisamente puede reconciliarla con la audiencia de Gran Hermano. Ante una pizarra garabateada en toda su extensión, vemos a una Alba sincera hasta sus últimas consecuencias. Comienza agradeciendo a sus padres una infancia feliz, cargada de amor y buen humor. Una niñez en la que le inculcaron que podía ser lo que quisiera ser. En mitad de su carrera universitaria, surge el programa que la lanzaría a la fama, Supermodelo 2007. Este programa le supone un espaldarazo a su carrera como modelo que le llevará a las pasarelas internacionales Londres, París o Madrid. Y esto, que ella concibe como el inicio de su nueva vida, le supuso también conocer a Fonsi Nieto que se convertiría en el padre de su único hijo.

Alba cree que Fonsi y ella son opuestos y que estaban condenados a no ser eternos. No obstante, tuvo un hijo con él que se ha convertido en el vértice de su vida y que le da la motivación para luchar con uñas y dientes. Cuando se encontró sola y con un niño, se asustó. En ese momento apareció Feliciano, que parecía su salvador. Su familia, sus amigos, y todo su entorno creían que efectivamente lo iba a ser. Pero cree que para él, ella solo fue un reto. Cuando consiguió lo que quería, dejó de luchar. Entonces le volvió a tocar vivir momentos muy amargos. Tan amargos que le llevaron a ingresar en una clínica por una depresión galopante.

Ahora, dice estar tratando de salir a flote y luchar por empezar una nueva vida. Los tira y afloja con Fonsi y Feli le han supuesto una ruina económica, y por eso necesita el dinero y por eso está en Gran Hermano. Jorge Javier Vázquez le ha dado la enhorabuena y le ha agradecido su sinceridad y su generosidad. Tras sus palabras, el resto de colaboradores le dan la razón. Alba tiene cosas negativas, pero no se le puede reprochar nunca la falta de honestidad como en esta ocasión.

Pol se salva de la expulsión tras el voto de la audiencia lo que sitúa en la palestra a Alba y Diego, dos grandes amigos. Quizás, esta curva de la vida haya acercado a Alba nuevamente a su público y la haya reconciliado con sus detractores y decidan salvarla el jueves. Lo que está claro es que será una gala triste para Noemí, que tendrá que decirle adiós a uno de sus grandes amigos, tras haberse despedido de Irene la semana pasada.