La primera persona en citarse en First Dates es la argentina Martina, más conocida como Martu. La que fuera imitadora oficial de Justin Bieber, busca a alguien con quien compartir su vida. Su cita es Marina, que busca a alguien sincero y divertido. Ambas juzgan un poco las experiencias de la otra pero se compenetran bastante. Las dos tienen empatía y se han caído bien, así que repiten sin dudarlo. Pablo, se autodefine como un chico clásico que no ha tenido buena suerte en el amor. Su cita es Natalia, que no empieza con buen pie, puesto que se define como una chica que está loca. Ella es maquilladora de cadáveres, y a él le parece muy normal. Al fin y al cabo, la muerte le parece normal, le dice. Los dos son pésimos bailarines. A Pablo se le eriza la piel con Los Chunguitos y Los Chichos. Pablo cree que no es necesario hacer el amor todos los días. El lo hizo por primera y última vez hace tres años. No repiten porque Natalia no quiere. También acude al restaurante de First Dates, Gema. Ella es una persona curiosa a la que le gustan los misterios y la investigación. Se ha divorciado hace seis meses y busca una persona sensible. Gema cenará con Pedro, un presumido confeso, que es viejo conocido del programa. A ella le parece un hombre extraño. Le hace preguntas pero el responde con evasivas. La cita se va a pique cuando Pedro dice que ya no le gustan los perros ni los gatos. Obviamente no repiten. La cuarta cita de First Dates la protagonizan Victor y Ruth. Victor es un padre abnegado que adora a su hija Lucía, pero que no ha tenido suerte en el amor. Busca a alguien exuberante. Victor siente mucho rencor todavía hacia su ex pareja. No coinciden en gustos musicales ni en casi nada. No repiten. Francisco, residente en Benidorm se considera un empresario de éxito. Su propósito es presentarse a la alcaldía de Benidorm. Busca una mujer emprendedora como él. Maribel, su cita, se define como una persona sencilla a la que le gusta ir de compras. Ella aparece vestida con lentejuelas, algo que el detesta. A ella le ha encantado él. Y a él, a pesar de las lentejuelas también le ha encantado ella. Repiten.