Fue en Gran Hermano VIP 7 cuando el maestro Joao terminó su relación en directo con Pol Badía. Estaba muy enamorado de la persona con la que confesó haber sido infiel, Alberto Armenteros. Ahora ha sido este, el que ha traicionado al vidente.

Ya han pasado tres días desde que el mayor apoyo del maestro Joao abandonara la casa de Guadalix de la Sierra, Adara Molinero. El vidente vivió el momento entre un mar de lágrimas, pues ella era su persona especial en la casa. Sobretodo teniendo en cuenta que su ex pareja está con él en la casa, y no se están llevando nada bien. Maestro Joao ha decidido escribir en su blog, y no ha dudado en dedicarle un espacio a su chico, Alberto Armenteros. «Alberto, espero que recuerdes todo lo que hablamos, todo lo que sobran las palabras decir y que pronto estaremos juntos otra vez. Sigo pensando en los RATONES«.

Ni idea de a que se refiere el vidente, pero sean cuales fueran sus planes, tiene pinta de que no los van a hacer juntos.

Maestro Joao no sabe nada

Según contó Alberto Armenteros, aún no ha mantenido relaciones sexuales con maestro Joao. Al parecer, es un chico muy desconfiado, y decía tener miedo. Suena a excusa, por qué negarlo, más con la nueva noticia que tenemos del joven. Después de haber sido descubierto paseando de lo más acaramelado por las calles de Barcelona en muy buena compañía, ha decidido hablar.

Y no, no es otro chico, si no una joven muy guapa. «Llevaba una mala racha con Joao y yo me he apoyado en esta muchacha. No sé la reacción que puede tener pero no estábamos pasando por un buen momento«. Este ha sido el motivo que ha dado el ‘chico del maestro Joao con respecto a la persona que está conociendo.

«Estoy conociendo a otra persona y Joao no lo sabe. Me he encontrado muy bien con ella, he sentido mucho feeling, me he encontrado a gusto, tranquilo. No he tenido discusiones como las que hemos tenido Joao y yo«. Lo peor, es que el vidente es ajeno a todo esto que está sucediendo en la vida de quien él cree que aún es su chico, justo lo mismo que el hizo a Pol Badía, pues parece que nadie escapa al karma.